Hope nació en la provincia francesa de Canadá, Quebec. Pesaba unos 60 gramos y cuando los veterinarios le dijeron a Rodne Rod, el dueño del perro, que el pequeño había sido diagnosticado con enanismo y que apenas duraría más de unos días, el hombre se enojó mucho
Pero Hope resultó ser increíblemente fuerte y, contra todo pronóstico y para deleite de su dueño, comenzó a vivir. Incluso ha crecido un poco y está viviendo una vida plena. Un año después Hope pesa 310 gramos y cuando crezca puede pesar hasta cinco kilos. Rodney, el dueño de la perrita, ha creado una página de Instagram para ella, donde comparte detalles sobre su vida y rutina diaria que ayuda a mantener su frágil salud bajo control.
Ella es muy animada y traviesa. Su dueño le compró especialmente una cerca, en la que juega con seguridad con una pelota que traquetea. A pesar del pequeño tamaño, el perro está lleno de energía, se interesa por muchas cosas y vive tan bien como cualquier otro perro
Estamos agradecidos con el dueño por cuidar tanto a su cachorro y por luchar tan duro por su pequeña vida.
Este ejemplo muestra que todo perro tiene derecho a la vida y la felicidad, y los diagnósticos de los veterinarios no son de ninguna manera un veredicto.