Esta historia puede tomarse como el mejor ejemplo de cómo los animales son capaces de una verdadera amistad y un amor sincero a pesar de todos los estereotipos, un rasgo que debemos aprender de ellos.
Durante un paseo, un golden retriever vio a un gatito. El pequeño estaba muy débil y muy hambriento. Afuera, el gatito estaba solo, ni siquiera su madre gata estaba cerca.
El perro comprendió de inmediato que el gatito no sobreviviría mucho en el camino sin ayuda, por lo que lo recogió con cuidado entre los dientes y se lo llevó a sus dueños, esperando su ayuda. Los dueños del perro perdiguero se sorprendieron mucho al ver que su mascota había traído un gatito, pero apoyaron sus esfuerzos para ayudar a los débiles y se llevaron al bebé a casa.
El gatito se recuperó, creció y se quedó con la familia, rodeado de amor y, lo más importante, tenía un mejor amigo. Esta linda pareja ha refutado el estereotipo de animosidad entre perros y gatos, convirtiéndose en los amigos más leales que jamás hayamos visto.
