10 años después de graduarnos, fuimos a visitar a nuestra maestra. No solo era nuestro líder de clase, sino también un buen amigo para cada uno de nosotros.
Nos sentamos, hablamos, y cuando nuestra maestra nos preguntó cómo vivimos, qué hacemos, hubo muchas quejas: todos se quejaron de las dificultades de la vida.
Nuestro amable amigo invitó a los estudiantes a tomar un café y trajo una bandeja de la cocina, en la que había varias tazas llenas de café: porcelana, vidrio, plástico, porcelana․․․
muy diferente-simple y exquisito. Cuando cada uno de nosotros tomó una taza de café, la anfitriona dijo․
«Si te das cuenta, todos tomaste gafas caras. Vajilla simple y barata nadie quería tomar. El deseo de tener lo mejor es la fuente de tus problemas.
Date cuenta de que el café no hará que la taza sea más sabrosa y sabrosa. A veces, una taza es más cara y, a veces, incluso oculta lo que bebemos. Querías café, ese es tu verdadero deseo.
Pero conscientemente eligió el mejor plato y comenzó a ver quién tenía qué.Ahora piense: la vida es café, y el trabajo, el dinero, el estado son tazas.
Son solo herramientas para sobrevivir.
Lo que tenemos no define el valor de nuestras vidas. A veces, al concentrarnos en una taza, nos olvidamos de disfrutar el sabor del café.
Disfruta del sabor y aroma del café․․․