Esta historia le sucedió a un hombre llamado Pete McNab, su hijo Alistair y su amigo Peter. Mientras caminaban por el parque Kernholm, se encontraron con un gatito tirado en la nieve.
El gatito literalmente se puso rígido, así que Peter lo puso debajo de su abrigo y se lo llevó a casa. En el acto, alimentaron y calentaron al gatito y lo llevaron al veterinario. El veterinario diagnosticó congelación severa, pero lo más inusual es que se trataba de un ejemplar muy raro de gato del bosque escocés
Se sorprendieron por lo que escucharon, y los gatos Pë están al borde de la extinción, y solo quedan 300 de ellos en la naturaleza.
Dejar al gato en casa era peligroso, y el hombre decidió buscar un lugar para guardarlo. Desafortunadamente, sin embargo, el gato ya había estado muerto durante mucho tiempo, porque murió unos días después debido a una congelación severa.
Todavía no está claro cómo este pequeño raro terminó al aire libre en el parque.