Un día, una oficial de policía llamada Angela Laurella recibió un mensaje sobre dos perros atados a un poste en la calle.
Era necesario ver los videos para comprender cuándo aparecieron y cuánto tiempo no fue suficiente para ellos.
Ángela se acercó al que estaba tan atado y completamente débil que no podía moverse.
Era muy delgado, todo lo que quedaba de él era piel y huesos. Cuando vio a Ángela, extendió su pata para abrazarla.
Se acercó muy despacio y le tendió la mano. Con este mordisco, parecía que el perro estaba pidiendo ayuda. Era obvio que el perro había vivido una vida cruel y ahora necesitaba cuidados especiales.
El perro fue aceptado en el refugio y comenzó a vivir allí, afortunadamente, todo salió según lo planeado.
Fue llevado a la clínica veterinaria y gracias a los veterinarios, rápidamente comenzó a ponerse de pie y lentamente comenzó a recuperarse. ¡Todos los perros deben recibir el amor y el cuidado que merecen!
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