Durante meses, vi a mi hermana brillar en la felicidad de su perfecto compromiso.
Elara y Nolan eran la pareja dorada.
Todos los adoraban—especialmente nuestros padres, que no paraban de hablar sobre la suerte que tenía Elara de haber encontrado a un hombre tan devoto como Nolan.
Yo también lo creía.
Hasta que descubrí que ella no le era devota a él.
Se estaba acostando con mi ex.
El secreto que lo cambió todo
Todo comenzó como una sospecha persistente.
Dos semanas antes de la boda, estaba en una cafetería con una amiga cuando vi a una figura familiar deslizarse en un asiento al fondo.
Mi estómago se revolvió al reconocerlo—Grayson.
Mi ex. El hombre que me destrozó el corazón.
Pero eso no era lo peor.
Sentada frente a él, riendo como si nada en el mundo importara, estaba mi hermana.
Mi hermana comprometida.
Me quedé congelada.
Estaban inclinados el uno hacia el otro, con la mano de Grayson descansando sobre su muslo bajo la mesa.
Mi respiración se cortó cuando ella soltó una risita y ladeó la cabeza de esa manera que siempre hacía cuando coqueteaba.
Era íntimo. Demasiado íntimo.
No podía apartar la mirada.
Quería creer que había una explicación inocente, pero en el fondo, sabía la verdad.
Saqué mi teléfono y tomé una foto.
Esa noche, la enfrenté.
Ni siquiera intentó negarlo demasiado.
“No es lo que piensas, Sienna”, dijo, cruzándose de brazos.
“¿Entonces qué es?” exclamé, empujándole el teléfono en la cara.
“Porque parece que te estás viendo a escondidas con mi ex mientras tu prometido planea un futuro contigo.”
Su expresión se endureció. “Cometí un error.”
Me reí, pero fue una risa vacía. “¿Un error? Elara, no es un chico cualquiera. Es Grayson.
Sabías cuánto me lastimó, y tú…” Mi voz se quebró.
Tuvo la audacia de parecer molesta. “No significó nada.”
“Díselo a Nolan.”
Su rostro se contrajo. “No lo harías.”
La miré fijamente, con el corazón latiendo con fuerza. “No lo mereces.”
Ella suspiró con frustración. “Es mi vida, Sienna. Mantente al margen.”
Apreté los puños.
No dije nada más esa noche.
Pero sabía que el karma estaba en camino.
La boda que ardió en llamas
La ceremonia fue hermosa, pero apenas podía concentrarme.
Elara lucía radiante en su vestido marfil, Nolan la miraba como si fuera la única mujer en el mundo. Me revolvía el estómago.
Porque yo conocía la verdad.
Y alguien más también.
Mientras el oficiante hablaba, un murmullo recorrió la parte trasera de la iglesia.
Luego, una voz rompió el silencio.
“Vaya, Elara. Sabía que eras imprudente, pero esto…”
Un murmullo de sorpresa se extendió por los invitados mientras Grayson avanzaba por el pasillo.
Mi estómago dio un vuelco.
Esto no estaba en mis planes.
El rostro de Elara se puso pálido. “Grayson, ¿qué estás haciendo?” siseó.
Él sonrió con suficiencia. “Pensé que querrías que tu otro hombre estuviera aquí en tu gran día.”
Se escucharon jadeos entre los asistentes.
Nolan frunció el ceño. “¿Quién es este?”
Grayson soltó una risa oscura. “¿No me reconoces? Soy el tipo con el que te ha estado engañando a tus espaldas.”
El silencio fue absoluto.
Los labios de Elara se entreabrieron, pero no salió ninguna palabra.
Entonces, Nolan se giró hacia mí. Su rostro estaba tenso, su voz peligrosamente tranquila. “¿Es cierto?”
Mi corazón latía con fuerza. Yo no era la villana aquí, pero sabía que si decía algo equivocado, lo parecería.
Así que simplemente asentí.
Nolan exhaló con fuerza.
Se volvió hacia Elara. “¿Cuánto tiempo?”
Ella tragó saliva. “Nolan, yo—”
“¿Cuánto tiempo?” repitió.
Las lágrimas llenaron sus ojos. “Unos meses.”
El ambiente cambió por completo.
La boda perfecta se desmoronaba ante nuestros ojos.
Nolan apretó los puños. Luego, con un solo movimiento, arrancó su boutonniere, lo tiró al suelo y salió.
Así, sin más, la boda se acabó.
Las consecuencias
Elara intentó arreglar la situación, pero fue inútil.
Nolan nunca volvió a hablarle.
La boda se convirtió en el mayor escándalo de la familia.
Algunos parientes me culparon a mí, otros a Grayson. Pero la verdad…
Elara se lo buscó.
El karma hizo su trabajo.
Y yo, finalmente, obtuve el cierre que necesitaba.