Le dejaba las llaves a su cuñada para que vigilara el Apartamento. ¿Qué estaba haciendo allí?

INTERESANTE

A pesar de tener 60 años, intento llevar un estilo de vida activo: a veces voy a un sanatorio, a veces me voy con mis amigas por unos días. En casa no tengo nada que me ate: estoy divorciada de mi esposo desde hace tiempo, mis hijos han crecido y formado sus propias familias. Mis dos hijas se fueron al otro lado del país con sus esposos, y mi hijo está cerca.

Vivo sola en el apartamento; le ofrecí a mi hijo y a su prometida vivir conmigo, pero no quisieron. Alquilar una vivienda aparte les resulta caro, así que mi hijo se mudó con su suegra.

No suelo visitar a la suegra con frecuencia, por lo que aprovecho mi tiempo libre como quiero: a veces me voy fuera de la ciudad, a veces me voy de vacaciones, a veces visito a mis amigas. Cuando me voy, le doy las llaves del apartamento a mi nuera para que riegue las plantas y se asegure de que nadie entre. Ella no tuvo objeciones y es conveniente para mí.

Así seguí, hasta que recientemente, durante una cena festiva en casa de mi hijo, noté un tazón de ensalada muy parecido al mío. No conozco toda la vajilla muy bien, pero recuerdo este tazón de ensalada: era parte de la dote de mi hija y lo dejó cuando se fue. La primera vez me quedé callada, tal vez alguien más tenga una vajilla similar. Pero otra vez vi en la cocina de mi nuera platos idénticos a los que tenía en mi estante.

Cuando volví a casa, empecé a comprobar inmediatamente si me había equivocado o no. Como sospechaba, faltaban platos en los estantes y tampoco estaba el tazón de ensalada de mi hija. Me enfadé mucho con mi nuera: confiaba en ella y resulta que toma mis cosas a mis espaldas y ni siquiera dice nada.

Llamé a mi hija para quejarme y ella trató de tranquilizarme, diciendo que no solo la nuera, también mi hijo come en esa vajilla. Pero igual me siento herida, ella simplemente podría haber pedido, no me habría importado, pero así parece un robo directo. No quise hacer un escándalo, pero ahora dejo las llaves a la vecina.

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