Bajo las luces brillantes del escenario, un silencio expectante se asentó sobre la audiencia mientras la superestrella, celebrada por su talento extraordinario y su presencia magnética, se detenía para hacer una conexión sincera con la multitud.
Al ver a una joven en la primera fila, con los ojos brillando de admiración, la superestrella sonrió cálidamente e hizo un gesto para que subiera al escenario.
La niña, nerviosa pero con un brillo en los ojos, dio pasos cautelosos hacia el centro de atención.
La superestrella le entregó el micrófono y, con una suave aliento, le preguntó: «¿Conoces ‘You Raise Me Up’?» La multitud vitoreó, sintiendo que estaba a punto de ocurrir un momento especial.
Tomando una respiración profunda, la niña asintió y comenzó a cantar las primeras líneas de la querida canción.
Inicialmente, la audiencia murmuró con asombro, una mezcla de admiración e incredulidad de que alguien tan pequeño pudiera tener una voz tan poderosa y llena de alma.