Un día, Stephanie caminaba por la calle y notó un pit bull negro y su cachorro. Quería ayudarlos, pero no sabía cómo.
Llamó a los salvadores y les contó lo que estaba pasando. Vinieron enseguida y vieron a la perra con sus cachorros debajo de un arbusto.
El perro temía por sus cachorros y no los dejaba tocarlos.
Los salvadores tuvieron mucho cuidado de llevarlos a la caja, y luego los llevaron a la clínica para que los cuidaran.
Después de todo esto, la actitud del perro hacia las personas cambió, las dejó cerca de él porque se dio cuenta de que las personas no estaban allí para lastimar, sino para ayudar.