Este pequeño ciervo había perdido a su madre y vagaba solo por el bosque, había entrado en un pueblo y había encontrado un patio. Una niña pequeña estaba jugando allí, y el animal se le acercó con cautela, como asustado.
La niña estaba feliz, tan dulce y delicada. Comenzó a acariciarla y acariciarla para que el venado no tuviera miedo y no huyera. ¡No le tenía miedo a los demás!
Todo este tiempo, los padres perseguían a su hija y a los ciervos y disparaban.
Luego, la niña se fue al bosque con el venado para encontrar a su madre, pero después de una larga búsqueda no encontró nada.
Después de un rato, dos ciervos fueron a los vecinos, el grande y el pequeño, se aseguraron de que fuera el mismo pequeño, encontró a su madre.
Sus fotos se difundieron en Internet y la gente admiraba la amabilidad de esta niña. Era una prueba del fuerte vínculo entre los niños y los animales.
Compartir esta historia con tu familia y amigos!